29 abr 2010

Wake me up.

Se dirige hacia la cafetera, mientras se impregna del sustancioso vapor aromático. Se sirve una taza y ligeramente enciende un cigarro. Bebe un sorbo de café mientras los rayos matutinos atraviesan la ventana. Impredeciblemente observa el reflejo de su rostro a contra luz. Sonríe. Había olvidado como lucia. Han pasado meses, días, horas, minutos, segundos. Pero ella aún espera. No en un muelle, ni con un vestido de novia. Pero sí con ganas de amar.
Wake me up.

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