Estreno mi blog en un día extraño, muy extraño. Un poco inactivo para mi gusto. Un día donde me siento desanimada, (excepto para escribir). Pues bien, en el transcurso de los años vas notando que tu vida empieza a cambiar, has dejado de ser un adolescente, comienzas a preocuparte por cosas nuevas, emprendes una etapa "compleja", miles de preguntas pasan por tu cabeza, ¿Estaré perdiendo el tiempo? ¿Diversión = desaprovechar el tiempo? ¿Por qué hay tantas personas que a mi edad han hecho más cosas que yo?... Entonces, te excusas diciendo "Hay personas mayores que yo, y no han hecho NADA". El punto está, cuando no te sientes "conforme" con lo que has logrado. En mi caso, no lo estoy. Desearía que el día tuviera 48 horas, sólo así me alcanzaría el tiempo. Muchas veces soñé con una máquina del tiempo. Y detenerlo a mi antojo. Para no llegar tarde, para quedarme más tiempo en algún lugar o simplemente para dormir más en las mañanas. Pero no es nada más que eso, un SUEÑO. Algo imposible. ¿Quién no ha deseado cosas imposibles?
Eso de crecer y madurar no es nada fácil, aumentan las responsabilidades y con ellas un millón de preocupaciones. Sólo queda recordar los años donde la despreocupación abundaba y decirle: "Adiós- Estoy madurando". Únicamente nos queda esperar con ansias el día donde estas interrogantes sean descifradas. Supongo que eso sucederá al pasar del tiempo. Mientras tanto, le daré otro sorbo al café, y pensaré en no pensar tanto.
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