23 abr 2010

Hoy soy mía.

Entre las ruinas grité: ¡Libertad!...
Libertad que siempre tuve y nunca quise tener.
Entre los escombros sentí el placer, el olor me impregno.
Me sentí independiente, autónoma, libre de fantasmas, como siempre debió ser.
Cada vez más real y más intenso...
Sus ojos eran balas y su silencio dinamita a punto de estallar.
Las palabras depositadas en mis recuerdos ya no estaban.
Se había cerrado el telón y ya no existía reacción.
Ya no hay miedo de volverme a entregar, quizás descubrí otra parte de mí, que no sabía que existía o quizás mi corazón está caliente y está volviendo a sentir.
Hoy es un día cualquiera... hoy soy la dueña de mis días, hoy soy mía.
Mía y libre.

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