23 sept 2010

Había una vez un día perfecto.

Era un día soleado.
Uno de esos días donde el sol no te quema, pero te envuelve.
Era un día perfecto.
Era el día de los besos.
Era el día de los abrazos.
Era tu día y el mío.
Era nuestro día.
Pero el día se acabo y llegó la noche arruinándolo por completo.
Siempre he pensado que por algo malo te llega algo bueno. Pero este día bueno me trajo una mala noche. Pero aquí, entre nos, prefiero seguir teniendo buenos días aún sabiendo que la noche será fatal.
Karen Oxman.

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