14 dic 2010

¿Lo prometido es deuda?


Mientras me termino el último sorbo del vaso de café y observo el cliché navideño. Termino mi lista de promesas.
Prometo bajar de peso. Prometo no comer pie de limón, caramelos ácidos y doritos. Prometo dejar la coca-cola, el nestea, los helados, perros calientes, hamburguesas, pizzas y empanadas. Prometo volver a nadar, pero más que nada, prometo dejar de fumar. Prometo mejorar mis notas, estudiar más, no ver tanta televisión. Prometo no pasar tantas horas pegada al computador. Prometo dejar el porno. Prometo dejar de escribir comentarios cachondos y/o de alto contenido sexual. Prometo dejar de escribir poemas y cualquier actividad melómana. Prometo no ir a fiestas, cine, quedarme en casa de mis amigos, será puro, puro estudio. Prometo ahorrar, prometo no hablar por teléfono, solo recibiré llamadas, y responderé estrictamente los mensajes que sean necesarios. Prometo no comprar ropa (sino me hace falta). Prometo no pensar en otra chica que no sea mi pareja. Y por ultimo prometo no tener deudas.
Bien, aquí está mi lista de promesas, la que romperé, porque lo prometido es deuda.

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